Eros, como sinónimo de la muerte mas horrible.
Lo que como un día normal empezó, en el mas horrible se transformo, mas por un instante muerto quise ser, las lagrimas amargas del amor de mi salir querían, pero nunca las deje salir, y en mi acumulándose siguen, esperando, puede que el día llegue presto e inesperado, pero por lo que hoy me pase, malgastarlas no quiero.
Perdido
he de hallarme,
mas no
m'encuentro.
Perdido
en el valle,
de los
recuerdos y sentimientos.
La
tenue luz del sol que,
fulgoroso
y candoroso despierta
de su
feliz sueño, me acaricia.
Esa tenue luz ágora verla
no
puedo, mas las lagrimas,
amargas
lagrimas que de
mis
ojos en mares nacen
y en
mares mueren.
esas,
dejarme verlo no pueden.
Me abro
paso por la lóbrega senda,
lóbrega
senda de la vergüenza,
senda
del desasosiego mas amargo.
-Pues-
Perdido y sin rumbo me siento,
perdido
y sin rumbo en el
destierro
m'encuentro.
Mis mas
dulces deseos,
amargos
se han tornado
pues
por ende, en mi el
amargo
sabor del amor siento.
Amargo
es el beso d'Eros.
Amargo
y tenebroso.
Pues t'empuje al reino
de la perdición,
reino
remoto
del que nadie vuelve.
Remoto
y olvidado, mas
remoto
y desprovisto
de la
alegría y separado
por
Leto de la vida.
L'alegría de la vida es
para el
que la quiera,
Mas
para mi,
l'alegría no existe, pues
la
vida, acre y vil como
es ella
misma encarnada, es,
sinónimo
de sufrimiento,
sinónimo
de perdición
y de mala dicha.
En
dioses no se crece, más
ellos
nos abandonaron a nuestra suerte.
El qu'en la vida la perdición no
halle.
El qu'en la vida de la perdición
Escapar
consiga.
Otro
destino peor le aguarda.
Pues d'estar enamorado es
de lo
que trato, -si-, con tales
e
injustas palabras,
palabras
llenas de resentimiento y
cargadas de la mas ténebre oscuridad
y
deseosas de amargura y
desesperanza;
mas, estar
bajo el
influjo d'Eros es
como
estar bajo la peor
de las execraciones.
Mal qu'envenena el alma,
mal qu'envenena el entendimiento
y el
juicio emponzoña, mal del que
uno aventarse
no puede,
y
cuando demasiado tarde es,
y
cuando demasiado tarde
para
escapar d'él y no
poder,
entonces, en el mueres.
Mas
Eros del perdón no es
conocedor,
y en su condición
de dios
caprichoso, no conoce
lo que
sus actos d'el hacen.
Mas
llamarlo no podemos,
viene a
nosotros en forma
insospechada
y en nosotros
sus
afilados dardos a su
antojo clava.
Dardos
que van directos
a la
concordia de nuestros
días, y
que contra nuestra
vida
atentan, mas, cuando
Eros te
aprisiona, en el mueres.
Rhöd Deutsch.
(Redactande desde el 17 de agosto de 2012)
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