jueves, 31 de julio de 2014

Diálogos al Pensamiento.

I. La Familia.

El Padre.

Odio esta yerta confrontación,
desasosiego terrenal que m'engulle.
Pasan días prestos y corredizas horas.
Odio mi vida tal cual es,
quiero huir d'esta cárcel en la que m'encuentro.
¿Por qué soy Preso?

La Madre.

Quiero un vestido nuevo.
Quiero vivir lejos de mi marido y sin mi hijo.
Tensas cargas qu'emponzoñan mi pensamiento.

El Hijo.

Asco de vida y d'existencia tan lóbrega.
Soledad de días y anochecer de tristezas.
Larga desesperanza por mudar alas y volar,
volar lejos,
lejos de aquesta prisión.

El Padre.

Soy preso de mis decisiones,
tan erróneas como acertadas.
Toda decisión tomada es neutra,
neutra cual la vida qu'escapa,
presta entre mis manos,
en las partículas del aire se disipa,
y de nuevo mi cuerpo reaviva.

La Madre.

Abandonar toda pretensión de libertad es fácil,
pues cásate y ten hijo.
No hay nada que mas libertad coarte que,
marido e hijo poner en tu vida.
Reflejo fiel de lo correcto. Obligada carga,
que la sociedad impone con mano de seda.

El Hijo.

Soy joven, soy bello.
Soy reflejo de la juventud y,
encarno la pureza de mi época.
¿Amo? No creo saber amar.
¿Qué es el amor? ¿Eso tan amargo como el café?
¿Eso tan doloroso como blandido puñal al corazón?
¿Eso tan pesado como un muro de blanco jaspe?
o ¿Eso tan debilitante como una enfermedad?

El Padre.

Este acusado sin vivir.
Este cenagal en el que me veo,
obligado ha pasar las horas y días.
¿Qu'es la libertad?
Es eso que dicen vuela,
cual viento por donde plazca.
En vida, ni libertad ni riqueza.
Atrapadoras nupcias por conveniencia,
y por obligación contraídas.

La Mujer.

Se acabo. El amor murió.
A mi marido, bello rostro antaño,
bello reflejo de la belleza terrenal,
que mudada edad por pálida y,
quebradiza roca a sucumbido
abandonar quiero.

El Hijo.

Sigo amando, creo.
Sigo pensando en el ideal de amor.
Es ideal o manantial de ideas,
ideas quedas y por alguien ahí
plantadas para que germinen.
Ideas propias no son, ¿o si?

El Padre.

Harto estoy…
Se acabo, cojo la fina hoja,
metálico brillo y seductor, que,
a mi vientre es atraído, y mi fina carne,
cerciora con facilidad.
Brota roja, y al suelo caigo.
Brota roja y sin vida yazco.

La Madre.

Viuda de los días soy,
amargura tensa y desdicha plena.
Amor por un hombre débil que,
a las tentadoras voces del suicidio,
sin pensar, abrazo en la bruma del día.
Viuda de amores soy.
Cojo esta misma daga, en la roja esencia,
que a mi amor vida dio.
Corto mi cuello y el, en la bruma,
en lo finito, en lo eterno me uno.

El Hijo.

Esto se acabo… Mis queridos padres,
a la tentadora paz del eterno sueño,
han sucumbido y sus horas vendido en vano.
Mas, yo por pensar en el amor,
a la vida me aferro y aun párvulo me siento.
La dicha en cerco de mi ríe,
mas no me importa. A la vida miro y río.
Río por respeto a mi mismo.
Río, por que llorar es síntoma de vacua debilidad.
No soy débil, soy fuerte enamorado.
Enamorado de la idea de amor.
Enamorado de la vida, pues ella,
ella, es l'amante mas placentera.

Rhöd Deutsch.

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