sábado, 22 de junio de 2013

Atrapada en el Bosque Encantado.

Dulce crujir de hojas que al tiempo me transportas.
Me transportas a antiguos valles y verdes bosques,
Bosques de densas copas y ténebres encrucijadas.
Lóbregas sendas por malas hierbas olvidadas.
Ancho cenagal qu'entre traslucida niebla
se'ntreve a lo lejos, y que olor de aguas muertas
consigo el viento elisio de la tarde me trae.
Suave serpenteo del viento entre los abetos,
y qu'el sabor de la dulce savia entre ellos anda.
Te viste perdida en la inmensidad de aquel bosque,
más, por Diana imploras encontrar la salida,
pues, malas bestias qu'en otros tiempos habitaron,
por estas oscuras tierras andan.
Hórridas bestias de largas patas, gruesos pelajes,
afilados encantos que centellean al aire,
y entre fuegos fatuos se pierden al detalle.
Tú, que con hermosa serenidad a la muerte llamas,
tú, que de aquí escapar quieres; eso, no lo hayaras.
Tu destino, sellado por la vil tejedora y encaminado
a lo mas hondo d'este denso bosque, 
de lamentos, plegarias y sufrimientos.
El susurro del viento, trae consigo el dulce
lamento de aquestas fieras que abrazarte quieren
y que sobre ti, en cercos tenebrosos s'esconden.
Mas, podrás correr, pero allá donde te escondas, las fieras,
te podrán comer.
Ni en las mas altas copas, donde la luz de la vida esta presa
te podrás esconder, pues las fieras habitan por doquier.
Mas a la muerte te has de abrazar, pues esta, tu única salvación.
En este bosque, de hechizados encantos, la vida, apunta en una dirección,
y el qu'entre sus lazos cae, jamás vuelve.
Bosque perdido en el eco, que debilitado por la distancia,
qu'en el viento de la tarde y en la orilla brilla,
bosque encantado en el recuerdo del muerto,
que feliz vive.

Imagen obtenida en Google Imágenes.

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