miércoles, 1 de octubre de 2014

El Valle. IX

Estoy cansado de vivir así. De no saber nada, de no entender el por que me encuentro preso en esta tierra hostil y sin vida. Solo un cuervo. Solo una insignificante ave es mi amiga. Y, ni si quiera puedo agradecer su compañía cuando la necesito. Dejo a su capricho el que mis horas acompañe. Miro alto, y en la inmensidad de un cielo azul lo busco y nada veo. ¿Dónde esta? Tal vez sea mi amado, que por capricho del destino se haya convertido en cuervo de igual manera que yo he sido aprisionado en esta tierra. Solo eso me consolaría ahora. Saber que me protege y me guía por estas tierras. Suena entupido, y cuanto mas lo pienso mas entupido me suena. Sigo adelante, pensativo y exprimiendo cada locura y deliranza que por mis sesos danza. Pasa un rato, una hora creo. Aquí es imposible saber que hora es, el sol esta siempre en el mismo punto, no lo entiendo, es algo imposible. Es como si estuviera en un planeta inerte, que ni gira ni anda por el cosmos. Es raro, por que tiempo atrás juraría que era diferente, es como si me fuera desplazando cada vez que cierro los ojos. ¿Es posible? ¿Me traslado en sueños? Eso es imposible, es físicamente imposible, pensé. Pero, como es posible el entorno que me circunda. Todo es improbable per se. Y a priori pienso que nada es real, pero siento hambre, sed, es todo tan real que no lo entiendo. Todo es probabilístico y aleatorio. Estoy en un punto y estoy en varios a la vez. Me traslado por tiempos diferentes dentro del mismo plano. Todo es posible entonces. Ahora, estoy en una inmensa pradera, verde, brillante, con el dulce y embriagador aroma de la naturaleza. Me quedaría aquí por el momento…

Rhöd Deutsch. Escritos Lovecraftianos.
El Relato Surrealista.

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